martes, 30 de agosto de 2011

El Eurobasket de Frank Lubin

En el Eurobasket de 1939 celebrado en Lituania, el equipo anfitrión defendía título. Era la tercera edición del torneo, y el viejo continente vivía en las dificultades propias de los conflictos políticos de la primera mitad del siglo XX.


Dos años antes el conjunto lituano había logrado vencer en el campeonato celebrado en Letonia, y un jugador, Pranas Lubinas -un pivot que rodaba el 1'90 de altura y que dominaba como pocos el juego interior- había destacado sobre el resto de sus compañeros. Su experiencia y carácter hizo que para el torneo celebrado en Kaunas el propio Lubinas asumiera el cargo de entrenador y jugador. El éxito logrado con la medalla de oro hizo que los jugadores fueran tratados como héroes locales, y que el pequeño país iniciara un romance con el deporte del baloncesto que todavía hoy perdura.

Lubinas no había nacido en Lituania. Hijo de una familia de emigrantes lituanos instalados en California, Pranas Lubinas llegó al mundo en 1910 en Los Ángeles, con el americanizado nombre de Frank Lubin. Tras estudiar en la prestigiosa universidad de UCLA formó parte del equipo que patrocinaba la factoría de cine Twentieth Century Fox en la liga amateur de baloncesto, y en 1936 participó en las olimpiadas de Berlín defendiendo la camiseta de la selección de Estados Unidos, con la que logró el oro olímpico. Fue en Berlín, entre la infame fanfarria de exaltación a la raza organizada por Hitler y sus acólitos, donde Lubin abrazó la posibilidad de unirse a la causa del baloncesto lituano a petición de la federación del país báltico. Lubin no lo pensó demasiado y decidió aceptar el reto.

El Eurobasket de Kaunas, celebrado a finales del mes de mayo, duró tan sólo una semana, y la suerte de los países participantes cambiaría al hilo de los acontecimientos que se produciría en Europa tan sólo unos pocos meses después. El uno de septiembre de 1939 Alemania invadía Polonia, el seis de octubre comenzaba la Segunda Guerra Mundial, y en junio de 1940 la Unión Soviética de Stalin se anexionaba Lituana, que no recuperaría su independencia hasta 1990. Poco antes de la invasión soviética, y viendo el desolador panorama que se avecinaba, Pranas Lubinas decidió regresar a Estados Unidos, al equipo de la Twentieth Century Fox, y a ser Frank Lubin. Con los estudios de Hollywood jugaría hasta los 54 años, y viviría el resto de su vida junto a su familia en California, donde moriría en 1999.


Ahora, 72 años despúes, el Eurobasket regresa a Lituania. El país donde nació uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, Arvydas Sabonis, vive con especial emoción un torneo que les permite reivindicar orgullosos su relación con el deporte de la canasta. Con poco más de tres millones de habitantes, el baloncesto forma parte del código genético de un país que dará todo por repetir el éxito de 1939, y donde la selección de España será uno de sus principales rivales y firme aspirante al triunfo.

Pero en Lituania no olvidan que parte del mérito actual es gracias al considerado “abuelo del baloncesto lituano”, Frank Lubin o Pranas Lubianas. Aquel que les puso en el mapa internacional poco antes de que Europa fuera fagocitada por el horror, la guerra, y la miseria.

PD: Nueva colaboración para el diario digital elEconomista.es.

jueves, 25 de agosto de 2011

El descarte

Hace años comentaba Luis García Berlanga, en un debate sobre la película El Verdugo, que en su cine había una constante en la que “un individuo se encuentra con un status determinado frente a la sociedad, frente a sí mismo, y a lo largo de la película hay un momento que cree que va a mejorar y al final termina estando en la misma situación inicial, cuando no en una situación peor”. Carlos Suárez ha vivido un proceso parecido al de un personaje de Berlanga en su trayecto hasta ser descartado para disputar el Eurobasket de Lituania.

Foto: FEB

Después de realizar una buena temporada con el Real Madrid declaró en varios medios de comunicación que le habían asegurado una plaza en el equipo; más tarde se filtró que no estaba entrenando excesivamente bien; y finalmente -en una decisión que se ha prolongado en exceso- se ha anunciado que él es el descarte del combinado que dirige Sergio Scariolo. Por tercera vez consecutiva el de Aranjuez se queda fuera de la lista definitiva de la selección española de baloncesto. Un decisión dolorosa para todos, pero especialmente, como es evidente, para el jugador.

Lo cierto es que en el debate sobre quiénes serían los elegidos para disputar el torneo europeo, la sensación que trasmitían Carlos Suárez, Victor Claver, y, en menor medida, Victor Sada, era de permanente angustia. Cuesta entender como habiendo una convocatoria de quince jugadores para doce puestos, el trabajo por generar un ambiente inclusivo en el equipo no ha terminado de fraguar, o no se ha sabido trasmitir de cara al exterior.

No se ha logrado porque se puso nombre y apellidos desde el primer día a los que se rifaban el billete de vuelta, porque varios de ellos hablaron con la prensa para asegurarse un puesto, y porque en los partidos de preparación ya se intuía que, dentro o fuera del equipo, su papel sería secundario respecto al resto de jugadores. Da la impresión que ha sido Carlos Suárez como podía haber sido Claver o Victor Sada, y la explicación técnica de la elección no se termina de entender. La posición de tres la cubrirán Rudy Fernández y Fernando San Emeterio, jugadores que no tienen las características de Suárez para jugar en ese puesto.

Foto. FEB

Pero los tres (Suárez, Claver, y Sada) tendrán un lugar en la selección antes o después, cuando Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Felipe Reyes, o Pau Gasol decidan colgar las botas. Será necesario unir cuanto antes para la causa a jugadores destinados a tener un rol importante en pocos años. No necesariamente como finalistas del concurso de miss selección española que hemos vivido estos días, pero si como parte de un grupo amplio destinado a las mayores glorias deportivas del baloncesto de nuestro país. De lo contrario uno tiene la sensación de que, como a Nino Manfredi en El Verdugo, la situación de Carlos Suárez es igual o peor que la que podía tener antes de ser llamado para el puesto. Y eso no es bueno.

PD: Esta es mi primera colaboración para el periódico digital elEconomista.es

lunes, 22 de agosto de 2011

MVP Rose, de Englewood a La Casa Blanca

Englewood es una zona caliente de la parte sur de Chicago, un lugar donde abrirse camino y destacar no es tarea fácil. Según el censo de Estados Unidos del año 2010, la tasa de pobreza de Englewood es del 46% y la de desempleo del 20%, más del doble de la media nacional. La sinfonía de las balas, los altos índices de criminalidad, y la economía basada en el trapicheo es lo habitual. En esa realidad es donde creció Rose juntos a sus tres hermanos, educados únicamente por su madre Brenda Rose.


Derrick Rose (1988) desde su etapa de high school ya apuntaba a futura estrella del baloncesto. Al contrario de lo que ocurre con otras jóvenes promesas del guetto que sobresalen luego en la NBA, Rose no se ha convertido en un personaje distante y engreído. En un encuentro organizado en Madrid por la marca que le patrocina, Adidas, MVP Rose atendió a los medios de comunicación con paciencia y simpatía.

Cuando llega el turno de hablar con Rose confiesa que “más que cansado estoy un poco aturdido, a veces llega un momento que no sabes ni dónde te encuentras”. El número 1 del draft de 2008, elegido por Chicago Bulls, lleva una carrera fulgurante en la NBA. En su primer año fue Rookie of the year; al mando del equipo ha devuelto a la franquicia de Illinois a los playoffs; y, esta última temporada ha logrado llegar a la final de la conferencia Este (para caer 4-1 ante Miami), siendo elegido el MVP de la liga regular más joven de la historia de la competición.

Naciste en una zona complicada de Chicago, ¿qué importancia tiene en tu carrera tu origen?

Nacer en Chicago me ayudó a ser lo que soy hoy en día. Siempre he recordado de dónde vengo y a la comunidad que pertenezco, cuando puedo voy a Englewood con mi familia y veo a mis amigos. Mi madre prepara comida para gente sin hogar todos los jueves, y mis hermanos también colaboran allí en todo lo que pueden. Estamos muy unidos porque crecí allí, y aunque es una zona difícil es importante seguir cerca de tu gente.

¿Quién ha sido tu inspiración en todo este tiempo?

Mi madre. Definitivamente es la persona que más me ha aportado en la vida. Ella me ha sabido conducir en el camino hacia el éxito, y eso es genial, porque nos educó para ser buenas personas y responsables.



También es habitual verte participar en los programas sociales de NBA Cares.

Si, es muy importante devolverle a los fans el apoyo que te dan. Cuando ganas, pero también cuando pierdes o te equivocas, ellos siempre están ahí. Para la gente de la comunidad es muy importante ver que uno de los suyos ha llegado a lo más alto, y dar una imagen positiva es fundamental para muchos chicos que quiere llegar a ser como los jugadores de la NBA, porque ellos son el futuro.

Llevar la camiseta de los Bulls también es una responsabilidad por estar en el mismo equipo donde triunfó Michael Jordan…

Estar en Chicago es genial, pero hacerlo después de que allí haya jugado Michael Jordan es un estimulo para trabajar más duro. Con él la franquicia vivió unos años estupendos, y yo trato con mi esfuerzo de devolver a los Bulls a ese lugar. La figura de Jordan es un estimulo para trabajar fuerte por alcanzar lo que él consiguió con el equipo.

¿Crees que los Bulls podrán luchar por el anillo de campeones?

Creo que estamos cerca. Será un trabajo duro, pero pienso que tendremos nuestra oportunidad y todos estamos muy motivados por llegar a luchar por el anillo. Este año frente a Miami nos faltó un poco de experiencia pero estamos en el camino correcto.

¿Cómo es Tom Thibodeau como entrenador?

Thibodeau es genial, trabaja mucho. Es capaz de estar viendo vídeos hasta las tres o las cuatro de la madrugada para preparar partidos. No tiene mujer ni hijos, y dedica todo su tiempo al baloncesto y el equipo. Los jugadores le respetamos mucho.


Hace justo ahora un año jugaste con el presidente Obama un partido de baloncesto en La Casa Blanca, junto con otros grandes de la NBA como LeBron James, Dwyane Wade, o Carmelo Anthony, ¿cómo fue aquello?

Que Obama nos llevara a La Casa Blanca para jugar un partido y celebrar su 49 cumpleaños fue una de las mejores experiencias de mi vida. Fue una señal de mucho respeto para mí, pero también para la gente de Chicago porque él allí tiene mucho apoyo. Él trabajó mucho para la gente de Chicago antes de ser senador, y luego cuando se presentó como candidato a la elección de presidente la gente le devolvió el cariño que había mostrado por la ciudad. Obama es el mejor presidente que ha tenido Estados Unidos y es una gran esperanza para todos.

PD1: Esta entrevista la he publicado en NBAmaniacs.

PD2: En estas entrevistas tienes cinco minutos para hablar con el jugador, así que decidí primar los aspectos más humanos que otras cuestiones como el lockout o sus aspiraciones personales. Rose fue extremadamente correcto y amable, y le regalé una camiseta del equipo de baloncesto de Lavapiés, algo que agradeció.

viernes, 12 de agosto de 2011

La diplomacia del ping pong y el lockout

Al principio de la década de los '70 se estableció entre Estados Unidos y China la llamada diplomacia del ping pong. En abril de 1971 el equipo de tenis de mesa estadounidense se encontraba de gira por Asia, y recibió una invitación para acudir a la China de Mao Tse-Tung. Los americanos se presentaron en Pekín en medio de una enorme expectación internacional. El encuentro lo organizó el Comité Nacional de Relaciones EE.UU.- China (National Committee on U.S.- Chinese Relations, NCUSCR) como antesala a la visita del presidente Nixon al gigante asiático un año después. Pero habría que esperar hasta 1979, con el gobierno de Jimmy Carter, para establecer oficialmente relaciones entre ambos países.


En enero del 2009 se celebró el 30 aniversario del establecimiento de esas relaciones. El NCUSCR celebró por todo lo alto un evento en Nueva York presidido por Henry Kissinger, director del Comité Nacional y antiguo secretario de Estado; Zhang Yesui, embajador de China en la ONU; Peng Keyu, consul general de China en Nueva York; Duncan Niederauer, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York; Jan Berris, vicepresidente del NCUSCR; y David Stern, comisionado y máximo dirigente de la NBA.

La presencia de David Stern no era un asunto menor. La NBA llevaba elaborando un plan económico de intervención en China a nivel superlativo desde hacía años. En 1991 la NBA comenzó a emitir partidos por la China Central Television en abierto, pero sería a partir de principios del siglo XXI cuando el desembarco sería total. En octubre del 2004 los Houston Rockets de Yao Ming jugarían un partido de pretemporada contra los Sacramento Kings en Shanghai y Pekín; en el 2008 se crearía NBA China; en 2009 se invertiría 280 millones de dólares en la construcción de un gran pabellón en Shangai, que sería completado con otro e Pekín y un tercero en Guangzhou, como adelanto a la edificación de doce grandes estadios en el país; en los últimos años se esta desarrollando un programa para entrenadores en colaboración con la Chinese Basketball Association (CBA); además, las visitas de jugadores NBA a China, con motivo de todo tipo promociones, ha sido habitual y constante de un tiempo a esta parte...

David Stern en el acto de la NCUSCR

Precisamente el conflicto generado estos días alrededor del lockout podría tener relación directa con China. Como informaba el blog La Puerta Atrás, Billy Hunter, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (NBPA), y principal pesadilla de la NBA en la mesa de negociacion, es “consultor de la China Sports Industry Inc., empresa que opera en exclusiva el tratamiento deportivo en China y gestiona la comercialización y promoción del deporte profesional en la República Popular”. Hunter y Stern podrían estar librando una nueva fase de la diplomacia del ping pong, esta vez con China como espectador, y con el futuro inmediato de la NBA en China como parte del juego. Por lo pronto en el país asiático están que echan humo con la situación económica actual del país que preside Barack Obama. No en vano, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, China acapara buena parte de la deuda estadounidense y es su principal acreedor.

El posible desembarco de jugadores como Chris Paul, Carmelo Anthony o Dwyane Wade a la CBA, con motivo del lockout, podría ser un parche económico que cubriera provisionalmente los intereses de todos. Aunque, como señala Miguel Ángel Paniagua en su columna Rank-and-file del último número de la Revista Gigantes, no serán las megaestrellas -y sus posibles acuerdos overseas- las que decidan el devenir del lockout, sino la tropa de jugadores de clase media que puede ver peligrar seriamente su futuro económico con el parón, y que son mayoría en el Comité Ejecutivo del sindicato NBPA.


Ethan Sherwood publicó hace unos días un interesante artículo en Hoopspeak titulado China & the Lockout: Mysterious Millions sobre la relación entre David Stern y China. El autor se preguntaba por la posición de Stern en el lockout, de contener el gasto, cuando precisamente la liga esta invirtiendo enormes cantidades de dinero en China. A día de hoy la liga estadounidense tiene quince acuerdos de negocio con televisiones chinas, y el nivel de seguimiento, e ingresos, de la NBA allí ha sido, a falta de ver el impacto de la retirada de Yao Ming, tremendo. Un volumen de negocio que podría estar también relacionado con lo que se discute en la mesa de negociación visto que cada uno de los protagonistas tiene grandes intereses en el gigante asiático.

En cualquier caso, entre aquel partido de tenis de mesa de 1971 y la situación actual muchas cosas han cambiado en la política internacional y en el baloncesto. El antiguo enemigo es hoy un socio prioritario en la economía de Estados Unidos, y la NBA es uno de los actores más interesados en que esa relación fluya de manera positiva. Lo que ocurra en el futuro entre Billy Hunter y David Stern tendrá mucho que ver con cómo gestionar los ingresos de la competición, pero también, parece, con cómo relacionarse con China.

PD1: Este artículo saldrá publicado en NBAmaniacs.

PD2: Henry Kissinger, director del NCUSCR y polémico premio nobel de la paz en 1973, es uno de los personajes más oscuros de la política estadounidense.

sábado, 6 de agosto de 2011

Entrevista a Felipe López (NYC IV)

NBA Cares es la organización encargada de fomentar iniciativas sociales a nivel local e internacional en la liga que dirige David Stern. En estos días NBA Cares está recorriendo Estados Unidos, en una caravana que llegará a 10.000 escuelas y que pretende contactar con 15 millones de personas antes de que acabe el año 2012. El lockout impide que los jugadores se impliquen en estas actividades hasta que no haya un nuevo acuerdo con la liga, pero entrenadores como George Karl, Monty Williams, o ilustres veteranos como Chris Mullin, están estos día involucrados en distintas actividades para la comunidad.


Felipe López es uno de los “embajadores de programas comunitarios de NBA Cares”, cargo que el ex jugador dominicano compagina con la gestión de su propia fundación, The Felipe Lopez Foundation orientada a ayudar a los más desfavorecidos. López fue una de las grandes promesas de la universidad de St. John's y uno de los máximos anotadores de la historia de la Universidad de Nueva York. Elegido en el puesto 24 del draft de 1998 jugó con Vancouver Grizzlies, Washington Wizards y Minnesota Timberwolves, pero una inoportuna lesión en la rodilla truncó su carrera en la NBA. En la temporada 2006 vino a España para jugar en el Plus Pujol Lleida de la liga LEB, con un notable rendimiento. Un año que recuerda con especial cariño, “en Lleida me tratarón muy bien, fue una gran experiencia”, poco después se retiró del baloncesto y entró a forma parte de la estructura de la NBA, con un trabajo enfocado principalmente hacia la comunidad latina.

Con Felipe López en NYC (detrás su coche)

¿Cuándo aparece NBA Cares y cuáles son sus objetivos?

NBA Cares es un programa que surgió en octubre del 2005, esta basado en hacer trabajos en zonas que tienen necesidades o que viven en situaciones complicadas, aportando una imagen de la NBA más allá de ser una liga deportiva, sino también como una organización humanitaria que se preocupa por mejorar la vida de las personas, especialmente de los niños y jóvenes. Nuestras iniciativas consisten, por ejemplo, en reconstruir escuelas, ayudar a arreglar parques, bibliotecas, casas... en las comunidades más necesitadas. También trabajamos a nivel internacional, y se ha realizado un esfuerzo importante por dar a conocer nuestros proyectos en otros países lo que favorece una mejor imagen de la NBA.

¿Cómo se seleccionan esos proyectos?

A nivel internacional tenemos algunas oficinas que localizan lugares que tienen necesidades, fundamentalmente en África y Asia. También después de catástrofes como huracanes o desgracias naturales, la NBA decide intervenir ayudando de alguna manera, construyendo infraestructuras, o llevando a jugadores que puedan ser un estímulo para apoyar a esa población afectada. A nivel de Estados Unidos estudiamos proyectos ciudad por ciudad, y atendemos a peticiones que nos solicitan. Hay programas de NBA Cares diferentes, por ejemplo uno que tiene que ver con el incentivo de la lectura en las escuelas, otro para luchar contra la obesidad infantil y el sobrepeso, o el Green Day, un programa para apoyar un planeta más sostenible y que la gente tome conciencia sobre asuntos como el reciclaje. Además esta la noche latina, que es un evento vinculado a NBA Cares, para acercar la NBA a la cada vez más importante comunidad latina de Estados Unidos. A nivel internacional, por ejemplo con África, hay mucho trabajo alrededor del combate de enfermedades como la malaria o la desnutrición.

¿Los jugadores intervienen de manera voluntaria?

Lo que sucede es que antes de la temporada cada jugador tiene en el contrato un número de visitas que debe realizar dentro del trabajo para la comunidad, porque cada franquicia tiene asignadas las visitas y trabajos que deben hacer con NBA Cares a lo largo de la temporada. Es parte de lo que supone estar en la NBA. Es bueno para todos, porque además muchas de las compañías y patrocinadores que están ligadas a la NBA quieren ver este tipo de intervenciones sociales, porque también favorece a sus intereses e imagen.



¿Cómo valoran los jugadores este tipo de trabajo?

Muchos jugadores vienen de situaciones sociales complicadas, de este tipo de comunidades donde luego se hacen proyectos de la NBA. Este trabajo es una motivación para muchos jóvenes que viven en zonas difíciles para jugar al baloncesto, y para ver que las estrellas de la NBA son gente como ellos. Muchos de estos chicos tienen muy difícil comprar entradas para ver un partido de la NBA, o estar cerca de sus ídolos, y de esta forma, con estos programas, la NBA se acerca a ellos y a sus sueños de seguir adelante.

¿Cuáles son los jugadores que el público siente más cercanos?

Todos los años se elige al jugador del año de NBA Cares. Pau Gasol ha sido uno de ellos, porque ha realizado un importante trabajo en Los Ángeles, en África, e incluso en España. Él es un símbolo de lo que representa la NBA, no sólo como jugador, sino como persona. Los jugadores intervienen en estas actividades no sólo porque lo ponga en un contrato, sino porque lo sienten de corazón, porque saben que tiene un fuerte impacto en la gente, y eso es muy positivo. Aquí en Nueva York, un jugador como Carmelo Anthony también representa mucho para la gente. Su imagen puede inspirar a muchos jóvenes que viven en situaciones complicadas y que quieren llegar donde él han llegado. Algunos jugadores después de retirarse se mantienen en la estructura de la NBA colaborando con NBA Cares, y al tener un pasado importante son muy valiosos en su aportación.

¿Qué proyectos de futuro hay?

A pesar del lockout la NBA esta en un buen momento, y hay muchos proyectos grandes en el horizonte. Queremos llegar a más países, porque es muy positivo para la NBA y para proyectar su imagen por el mundo, más allá de lo que el deporte, desde una visión humanitaria.

¿Qué importancia tiene la comunidad latina para la NBA?

Es muy importante lo que está pasando con Pau Gasol, Al Horford, o Manu Ginóbili. El auge que generan estos jugadores es doble, porque son jugadores que proyectan muy atracción aquí, pero también en sus países de origen, y la NBA se esta dando cuenta que es algo muy bueno para la competición. Pau es un icono no sólo en España, también en Los Ángeles y en muchos lugares de Estados Unidos. Ellos han tomado lo que nosotros empezamos, porque cuando yo llegué aquí fui uno de los primeros latinos que jugaba en la NBA, y de entonces ahora ha crecido mucho la presencia latina en los equipos. Eso es muy bueno. Para mí Gasol es uno de los mejores jugadores que hay en su puesto, y su proyección como persona es tremenda.

¿Cómo afecta el lockout a NBA Cares?

Sobre el lockout no te puedo decir mucho, lo mío es que hagamos proyectos para la comunidad y dar oportunidades a los chicos para que vean que es posible un futuro mejor, y que la NBA se acuerda de ellos.

PD: Esta entrevista la he publicado en ACB.com y se puede ver aquí.