martes, 29 de noviembre de 2011

Historia del #estuautonomica

El domingo pasado leí una entrevista a Fernando Llorente. El delantero del Athletic hablaba del cambio de entrenador y su papel, además de otras circunstancias, en el conjunto vizcaino. Comentaba Llorente que con Marcelo Bielsa como nuevo técnico “al comienzo fue extraña hasta la forma de entrenarnos, que nos llamaba la atención”, y añadía, “necesariamente, cuesta un tiempo adaptarse”. Al Estudiantes 1ª Autonómica probablemente le ha ocurrido algo parecido con mi salida temporal y el relevo con Sergio como entrenador. Si además sumamos varios lesionados y una racha de cuatro derrotas consecutivas, la deriva estaba siendo para todos difícil.



Precisamente el domingo nos tocaba jugar contra el segundo clasificado de la competición, el equipo de San Viator. A la cita acudimos en la precariedad que nos movemos desde hace unos días: tres jugadores lesionados, otro con obligaciones en el Club, y un quinto que esta fuera del róster, al menos por el momento...

Lo que parecía iba a ser un baño en nuestra contra, se tornó en una demostración de que recuperando la ilusión y la confianza, y estando todos en la misma dinámica de sacar a flote el juego y el sentido del grupo, podemos ganar a cualquiera. Lo cierto es que esto no se trata de ganar o perder (entre otras cosas porque estamos en una nueva categoría y en una circunstancias complicadas) pero la victoria hizo un efecto balsámico que necesitábamos con urgencia. Como dice la canción que acompaña el vídeo era el momento del 'All together now'.

El partido fue una demostración de que con inteligencia colectiva, ganas, y valentía se pueden hacer grandes cosas.

Ahora hay que seguir engrasando la máquina, sentirse mejor en los entrenos, recuperar la dinámica de competición sin depresiones ni autocastigos (por encima del marcador), acoplar las formas, y asumir los retos que hay por delante.

Para todo eso yo estoy con más ganas que nunca, en buena parte gracias a la victoria del otro día y a comprobar en primera persona desde la banda que los jugadores tienen todavía mucho baloncesto y mucho Estu en sus venas.

Que se preparen los rivales porque, aunque hay que seguir trabajando, hemos vuelto.

San Viator 62 - Estudiantes 72

(21-15// 17-21// 15-14// 14-22)

sábado, 26 de noviembre de 2011

Hugo Chávez ya tiene equipo de basket...

Hugo Chávez, que en junio pasado anunció que padecía cáncer e iniciaba su tratamiento de quimioterapia en Cuba, podrá presumir de ser desde hace unos días propietario de nada menos que los Guaiqueríes de Margarita, el mejor equipo de la Liga Profesional de Baloncesto de Venezuela...


El pasado mes de septiembre, el gobierno venezolano anunciaba la nacionalización de Conferry, la empresa encargada de gestionar los barcos que unen al conjunto del territorio con la Isla Margarita, uno de los destinos favoritos del turismo nacional e internacional. Hugo Chávez había manifestado que el servicio de la empresa no era bueno y el precio para el pasajero excesivo, así que tras varios incidentes y una deficiente gestión en el último periodo de vacaciones, el gobierno decidió nacionalizar la empresa.



Curiosamente, la decisión adoptada ha tenido otro implicado directo. El viernes 18 de noviembre, la Gaceta Oficial anunció que una comisión gubernativa se encargará de "administrar, representar, supervisar y ejecutar las actividades" del equipo de baloncesto de los Guaiqueríes de Margarita, debido a que el 97% de sus acciones estaban a nombre de la naviera.

Guaiqueríes no es un equipo menor. La Tribu, como se conoce popularmente al equipo, lleva treinta años en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB), juega en el Gimnasio Ciudad de La Asunción, con capacidad para 8500 espectadores, y es junto a Trotamundos de Carabobo, el equipo con más títulos en la liga venezolana, con un total de ocho.


Héctor Rodríguez, Ministro de Deportes y seguidor del equipo, señaló en Últimas Noticias, que “lo primero es aumentar el nivel competitivo del equipo, coordinar las condiciones y calidad de los jugadores. Después tenemos conocimiento que el gimnasio donde juegan carece de comodidades para el fanático y los jugadores, por ello haremos las remodelaciones que fuesen necesarias, tanto para el equipo como para la fanaticada que asiste a los encuentros”, y como novedad aseguró que una tercera fase será incluir una cláusula en los contratos de los jugadores destina a intervención social, “que vayan a las escuelas, a los campos deportivos, que dicten charlas, clínicas, talleres de baloncesto para que ese deporte tenga un crecimiento en Nueva Esparta”.

Lógicamente, la expropiación del equipo no ha pasado desapercibida, en un país donde además la polarización política y mediática es extrema...



A falta de algo más de dos meses para el inicio de la liga, y sin que se haya confirmado ni el róster ni el entrenador, lo que sí ha asegurado la nueva directiva es que el equipo lucirá sus tradicionales colores blanco y verde y que seguirán en la isla. “El equipo no se va de Margarita como han dicho por ahí. Vamos a trabajar por un equipo ganador como se lo merece la fanaticada. Ahora Guaiqueríes es más margariteño que nunca”, apuntó Hanthony Coello, que dirige la comisión técnica deportiva designada por el Ministerio.

Rolando Urdaneta director ejecutivo de la LBP, y que en un primer momento se mostraba muy escéptico con la operación, señaló tras reunirse con Coello,“están muy preocupados en tener un equipo bien competitivo. Están conscientes de la tradición de Guaiqueríes. Me pidieron mucha información técnica con respecto a movimientos de importados. Insistieron en que se manejarán como una empresa privada, que incluso puede ser vendida”.

Sea como fuere, lo que parece claro es que en los próximos días en Venezuela se va a hablar de basket, y que pocos gobiernos del mundo podrán presumir de tener un equipo profesional de baloncesto, al menos oficialmente...

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Torneo del Lockout

La película Annie Hall (1977) comienza con el protagonista, Alby Singer (Woody Allen), diciendo a cámara ante un fondo neutro: “Les contaré un chiste viejo. Dos señoras mayores están en un parador de montaña, y una dice: 'Hay que ver lo mala que es aquí la comida'. Y la otra replica: 'Sí, y además dan unas raciones tan pequeñas'. Pues bien, así es como veo yo la vida”.

Final del Torneo de Navidad 1984, Real Madrid vs URSS.

Salvando las distancias, y desde el máximo respeto, a la Liga Endesa-ACB le ocurre algo parecido. El producto es interesante, pero la forma de proyectarlo es deficiente y la cantidad escasa. A pesar del paulatino desembarco de jugadores NBA en nuestra competición (el último de ellos Tiago Splitter), y del proceloso desarrollo que se esta produciendo alrededor del lockout, la segunda mejor competición profesional de baloncesto del mundo no logra atraer los focos de atención de espectadores -más allá de los aficionados que acuden fielmente a los pabellones-, y la tensión competitiva apenas se percibe .

Los síntomas parecen cada vez más evidentes: un reglamento que sanciona en exceso el juego de ataque; un deficiente sentido del espectáculo por parte de los clubes (en lo que al cuidado de los elementos externos al juego se refiere); y un limitado y escaso cuidado mediático por parte de quién tiene los derechos televisivos del baloncesto.

Y eso, a pesar de que hacia muchos años que no había tal cantidad de elementos de atracción alrededor del deporte de la canasta en este país como ahora.

Dicho esto, me atrevo a lanzar una propuesta de las muchas que se podrían hacer. Entre 1966 y el año 2006 se celebró el Torneo de Navidad del Real Madrid. Aunque en los últimos años languideció sin pena ni gloria, el Torneo fue durante un tiempo una referencia dentro del mundo del baloncesto, pasando por ahí jugadores como Bob McAdoo, Bernard King, Drazen Petrovic, o Arvydas Sabonis, y siendo uno de los productos estrellas de TVE durante el periodo navideño.

Repescar aquella formula, no necesariamente alrededor del Real Madrid en lo referido a la gestión, podría ser un balón de oxigeno desde el que experimentar nuevos campos alrededor del espectáculo, la venta de merchandaising, la atracción de aficionados, e incluso, por qué no, el reglamento del juego.

Una aclaración, espero que nadie piense en cheerleaders, palomitas, y acento texano como el resultado de la ecuación que propongo.

Teniendo en cuenta que será difícil ver juntos en una competición corta a jugadores como Kirilenko (CSKA de Moscú), Tony Parker (ASVEL-Lyon) o Deron Williams (Besiktas de Turquía), por poner algunos ejemplos, sería una de las muchas formas desde las que impulsar nuestro baloncesto aprovechando el momento. Surfear en la inesperada posibilidad que se ha producido con un buen número de jugadores emigrados fuera del universo NBA. Focalizar la atención del baloncesto en Europa.

Lo asumo, la propuesta es difícil de vender a algún patrocinador, pero da la sensación que la ola de los acontecimientos ha pillado con el pie cambiado a la Liga Endesa-ACB, que nadie esperaba que el lockout tuviera estas derivas, y que la visión de 'la gran foto', como les gusta decir a los estadounidenses, sigue siendo precaria en estas tierras.

Y así, aunque los ingredientes son buenos, la comida no es apetitosa y las raciones son escasas. Un síntoma parecido al que le ocurría al bueno de Alvy Singer atormentado por amores difíciles y gestiones sentimentales que no terminaban de cuajar. Algo parecido a lo que nos pasa a algunos con nuestro baloncesto.

PD: Una nueva colaboración para elEconomista.es.

martes, 8 de noviembre de 2011

La pasión turca

Hace poco más de un año un escándalo mayúsculo afecto al fútbol turco. Los clubes más importantes se vieron envueltos en una trama de compra de partidos que llevaba años desarrollándose con total impunidad. Cerca de 80 personas se vieron envueltas en el proceso, que concluyó con veintiséis personas en prisión preventiva, la más relevante de todas ellas Aziz Yildirim, el presidente del Fenerbahçe. La polémica también salpicó al baloncesto, toda vez que los tres grandes clubes, Fenerbahçe, Galatasaray, y Besiktas tienen sus correspondientes secciones de basket.


En Turquía las pasiones deportivas tienen muchos matices. El Fenerbahçe es conocido por su fervor nacionalista, el equipo de la parte asiática de Estambul tiene el dudoso honor de contar entre sus aficionados con simpatizantes del grupo Lobos Grises, una organización paramilitar de extrema derecha nacionalista que surgió en Turquía en los años '60, y de la que formó parte Mehmet Ali Ağca. Por su parte el Galatasary nació en el Estambul europeo, y sus orígenes están en la elite universitaria que estaba unida a la educación francesa. El Galatasaray fue el club pionero del baloncesto turco, que se introdujo en el país en 1911. Curiosamente Abdullah Ocalan, líder encarcelado de la guerrilla kurda del PKK se declaró admirador de la sección de fútbol del equipo, así que muchos kurdos son seguidores del equipo. Por su parte el Beşiktaş Jimnastik Kulübü, es el equipo del barrio de Besiktas, también en la parte europea de Estambul, y en su orígen (1903) fue un club de lucha, boxeo, halterofilia y gimnasia, que más tarde incorporó el fútbol y el baloncesto, entre otras disciplinas, a su repertorio deportivo. Su hinchada más famosa es el grupo Carsi, de tendencia izquierdista.

Cuando surgió la noticia de la corrupción de los dirigentes de los tres clubes, sólo los hinchas del Besiktas se manifestaron de forma mayoritaria en contra de cualquier práctica antideportiva que sirviera para ganar títulos y campeonatos. Eso no significa que los hinchas sean unos angelitos ni que estén libres de impresentables, pero varias personas me comentaron que al menos había cierta ética en una afición, que, como se puede ver en este vídeo del último partido, vive sus colores de una forma intensa.



El pasado 6 de noviembre asistí al derbi entre Besiktas y Fenerbahçe. Las hinchadas habían llegado a un pacto de no agresión, tan sencillo que ninguna asistiría al partido en campo contrario, así que el encuentro celebrado en el Sinan Erdem Spor Salonu sólo contó con la afición local. Más de diez mil personas entregadas a su equipo, cantando de forma armonía “Gucune gúc katmaya peldik formanda ter olnaya geldik Besiktas seninle ülmeye geldik” (algo así como: 'hemos venido a añadir fuerza a tu fuerza, hemos venido a ser el sudor de tu camiseta, Besiktas hemos venido a morir contigo') sin apenas descanso.

En un ambiente sensacional viví una experiencia de baloncesto única. Si bien es cierto que el público sentía más los colores que la calidad del juego, y que las camisetas de Guti o Quaresma era mayoría, ver una afición tan entregada, sin necesidad de cheerleaders ni florituras, y con un despliegue televisivo enorme, fue genial. Ganó Besiktas (83-78) con una impresionante actuación de Deron Williams, el base de los Nets que ha decidido vivir en Turquía mientras la NBA languidece en el barbecho provocado por el lockout, y que estuvo acompañado por unos brillantes Marcelus Kemp y Zoran Erceg.

Hay mucho que contar de estos días en Turquía (más allá de corruptelas chusqueras), de cómo se vive el baloncesto allí, y de cómo se promociona una liga turca que es cosa de pocos equipos, pero que, a pesar de vivir a la sombra del fútbol, tiene un hueco muy importante en la sociedad.


Como de tiempos no ando muy sobrado, os dejo aquí este aperitivo, la entrevista que hice a Deron Williams y que publicó el diario ABC el lunes 7 de noviembre en su edición impresa y digital.

En breve algunos documentos más. Görüşürüz (hasta pronto)