martes, 27 de marzo de 2012

Cuadernos de Basket

Hace unos días se celebró en Bahía Blanca un debate a tres voces sobre “La escritura y el básquet, dos formas para la creación”. En la mesa del encuentro se sentaron el novelista Luis Sagasti, el escritor -y profesor de Teoría Literaria- Martin Kohan y el jugador Pepe Sánchez. Según Silvia Friera que lo contó en Página12 la discusión fue un “rico vaivén de alegorías entre la pluma y el deporte”.


Cuadernos de Basket es una revista trimestral de “baloncesto para leer”, una publicación que ha emergido con potencia dentro del amplio mundo de la gente que no sólo le gusta ver el deporte de la canasta sino que también le gusta conocerlo e investigarlo. Desde luego en el primer número han superado la barrera del sonido con un buen puñado de interesantes artículos, en los que uno puede paladear el ambiente de un baloncesto cocinado con cuidado y cariño.

En Cuadernos de Basket quince personas se han dejado los codos en la elaboración de una publicación cuya vocación fundacional atiende a los deseos que tenemos muchos de los lectores apasionados del baloncesto. En la Introducción, a modo de declaración de intenciones, se señala que CdB se propone como una “ofrenda al reposo y una invitación al sillón donde poder tocar con las manos una revista que tiene mucho de libro en su formato y propuesta”, y más adelante añade “es tal vez el tratamiento y extensión de los textos nuestro principal aporte diferencial”.

Sin embargo, como decía Pepe Sánchez en el Teatro Municipal de Bahía Blanca, “la victoria no está en la ejecución final, sino en cómo armaste la escena”, y en ese sentido a CdB todavía le queda un recorrido -lógico- para que estemos hablando de la publicación definitiva que muchos esperamos. Obviamente yo he devorado el primer número con hambre, recomiendo su lectura y admiro a sus creadores. Pero si hay algo que uno agradece cuando se sienta en el sillón es que el arte final este bien pulido, y en eso todavía cojea CdB.

Lo admito, soy admirador de la sala de corrección de las publicaciones, he visitado periódicos en los que las bandejas de los correctores se saturaban de papeles con subrayados y tachones que volvía en camilla a la sala de redacción. Al contrario que en el mundo digital donde la inmediatez fomenta los errores -pero también facilita las correcciones- en el maravilloso mundo del papel lo escrito permanece, y ahí hay que ser escrupuloso en el cuidado. Una publicación con “propósito de permanencia” debe tener en cuenta estos asuntos, porque el papel y el sillón son más exigentes que la pantalla.


De igual manera la “extensión de los textos” no es garantía de nada y me parece que en ese sentido CdB baila entre textos maravillosamente cuidados y equilibrados y algunos que en su buena voluntad de narrar el todo se marchan por caminos que desvían la atención del lector. No soy de los que crean que cuanto más se escriba necesariamente tenga que ser mejor. Cierto que quizá aquí me ocurre, en parte, que como señalaba Martin Kohan en la charla “mi relación de apego y afecto con la escritura tiene que ver con el lenguaje, no con la trama ni el personaje”. Y es que, por fortuna, no sólo en CdB hablamos de baloncesto, sino también de literatura.

No quiero que esto parezca una crítica malintencionada, al contrario. CdB me parece una bendición. Hay buenos amigos entre el colectivo editor y me declaro admirador de la prosa de la varios de ellos. Las virtudes son evidentes, y este relato es un animo que trata de impulsar una publicación que con un diseño en exceso austero ha surgido para disfrutar gastronómicamente del baloncesto. Porque al fin y al cabo, como señala Pepe Sánchez, cuando uno lee busca la sinergia también con el autor, “un escritor con el que me identifico por su forma de escribir, es Sándor Márai. Cuando leí su primer libro, dije: ‘si yo escribiera, me identificaría con esta forma’”. Si se mejora en la condimentación el resultado será exquisito, y la identificación plena.

Sea como fuere, felicidades a los impulsores.

10 comentarios:

sraly dijo...

Supongo que todo proyecto tiene su recorrido y los primeros pasos no suelen dejar impresa una huella perfecta. Como todo hay que cincelar excesos y añadir argamasa en los huecos. Un colectivo de 15 personas, como un buen equipo de baloncesto, pese a coincidir en visión e interés, no siempre van a dirigirse hacia el mismo horizonte, lo cual es de una riqueza que hay que valorar.

Que exista CdB es toda una alegría pra la gente del básket, pero también para la gente del baloncesto. Ojalá tengan mucho tiempo para pulir esos defectos que ves (y que comparto), porque lo mejor es que exista CdB y que exista durante mucho tiempo.

Saludos desde Puertatrás

sraly dijo...

para la gente del "periodismo" quería decir. Como dices, en la pantalla los errores se pueden subsanar mejor ;)

Hugo Enojo dijo...

Hola Jacobo,
Habrá que darle una ojeada a CdB porque no existe demasiada literatura, en cualquiera de sus formatos, "leíble" sobre baloncesto o deporte. (de ahí las ganas de que acabes el libro).
Un saludo

Jacobo Rivero dijo...

@sraly: Perfecto ejemplo de la diferencia entre papel y digital.

@Ferrán Blasco: El libro esta terminado, pero en proceso de edición. Espero que pronto pueda anunciar el parto. Estoy ilusionado.

Un saludo y gracias por los comentarios.

CuriosaHistoria dijo...

Qué bello trabajo, aunar la literatura, el oficio de escribir, con el baloncesto.

Alejandro Díaz Triguero dijo...

Gracias por las palabras de ánimo y por las críticas constructivas que comparto al 100%. El primer número ha superado las expectativas y creo que el resultado es bueno, aunque ha habido errores de novatos que no deberían repetirse en el segundo.

Creo que lo importante es cuidar el contenido. Deben ser temas que interesen a los lectores y en ese campo creo que se ha cumplido. Detrás de cada artículo hay un trabajo de investigación (en unos más que otros) y la calidad de la literatura varía en cada autor porque no todos estamos dotados para la escritura de la misma manera. Pero sí que es cierto que hay determinados aspectos que deben ser genéricos, como son las erratas que se han colado, que es lo que más puede llamar la atención.

Como dijo Lartaun en la presentación, CdB ha venido para quedarse y el camino es largo. Ojalá dentro de mucho tiempo podamos seguir hablando de que un proyecto así (en mi opinión algo que todos deseamos), siga vivo y con buena salud.

Un saludo Jacobo!

MINI MONI dijo...

Mola que seas crítico por alguna/s vez/ces...normalmente te leia pasteloso. Es broma. Me ha gustado. Un abrazo crackk. Ese cafe y ese manula para padres(cada vez más necesario aún). Yo creo q lo podría pagar el club, no crees? jajajja

meej dijo...

A dios pongo por testigo que para el número dos no me voy a hacer la picha un lío, que releyendo el artículo del número uno yo mismo quedé sorprendido por lo confuso que me quedó.

Manuel dijo...

No tiene la riqueza literaria del fútbol ya que hablamos mucho de estadísticas , eso deja poco margen para metáforas , alegorías y otros artificios literarios. Me ha gustado eso de sinergía . Ascendencia, sinergía , alegría es lo que ha perdido Minnesota con la falta de Ricky , el equipo se ha vuelto anodino y de nada vale los números de Love , con lo que no se demuestra que el Basquet necesita de almas seductoras. Por cierto somos muchos los que usamos el eufemismo " intangible " y así englobamos un sin número de adjetivos y cualidades de forma ambigua
Queda mucho camino para que el baloncesto tenga una literatura de acorde con su categoría deportiva y humana,
En fin , bueno es que se tome nota ya que el aficionado suele ser persona de alto nivel cultural
saludos

Charlie Jiménez dijo...

Es cierto, la existencia de Cuadernos de Basket ya es motivo de alegria. Tiempo hay de ir puliendo el proyecto. Puede que falte un indice y alguna foto sería de agradecer, pero hay que celebrar cualquier iniciativa que ayude a preservar la memoria colectiva de ese invento maravilloso llamado baloncesto. De cualquier manera son de agradecer las críticas constructivas para mejorar un producto que deseamos perdure en el tiempo.